Cocido madrileño para todos los gustos

El otoño nos devuelve uno de nuestros platos más tradicionales: el cocido madrileño

La Casa de Cristal (Pedro Muguruza, 1) y La Cañada (Carretera M-501 Km 2.5, Boadilla del Monte) nos ofrecen sendas alternativas para disfrutar de este clásico indiscutible de la temporada fría

La bajada de las temperaturas es sinónimo para muchos del regreso a la calidez de los platos de cuchara. Y, en el panorama gastronómico de Madrid, el cocido siempre ha ocupado un lugar especial. El cocido madrileño está repleto de tradición y cuenta con establecimientos que han hecho de su preparación un auténtico emblema. Hoy os proponemos dos alternativas para disfrutar del cocido madrileño en diferentes ambientes, pero con el sabor y consistencia de siempre: La Casa de Cristal y La Cañada.

Empezamos nuestro recorrido en La Casa de Cristal, en el corazón del barrio de Chamartín. Su terraza cubierta y rodeada de árboles es un oasis en medio de los bloques de viviendas y oficinas. Con una decoración actualizada y cálida es el espacio perfecto para disfrutar del cocido madrileño tradicional con toques tan únicos como el hummus de garbanzos del cocido o las quesadillas de ropa vieja.

Continuamos a las afueras de la ciudad, en Boadilla del Monte, con una opción más clásica con una larga tradición. Desde hace 50 años, La Cañada prepara cocido en puchero de barro de forma individual y a fuego lento con carbón de encina. Nos ofrece además platos tradicionales con las sobras como las croquetas de ropa vieja. Las vistas a la sierra madrileña y sus múltiples salones hacen las maravillas de los comensales en un espacio tranquilo en el que se respira tradición.

En ambos restaurantes se sirve en dos vuelcos, no en los tres que suele ser habitual. Primero, la sopa de fideos y, después, los garbanzos con la patata, el chorizo, la morcilla, la gallina, el tocino y el hueso de jamón. Asimismo, en ambos se acompaña de una guarnición de tomate triturado con un toque de comino, piparras, cebolleta y repollo rehogado.  Con los restos del cocido cada uno nos ofrece su reinterpretación gastronómica, con un toque más atrevido en La Casa de Cristal y opciones más clásicas en La Cañada.

Cada restaurante nos ofrece un ambiente y una presentación diferente, de la vanguardia a la tradición, pero ambos son herederos del buen hacer de La Bola. El cocido madrileño requiere de una elaboración reposada, respetando sus tiempos de cocción y dejando que los sabores se integren en armonía. La familia Verdasco es una gran conocedora de este plato y ha perpetuado su sabor en diferentes establecimientos madrileños. Sin duda, paradas obligatorias esta temporada para uno de los platos más sabrosos de la gastronomía popular madrileña.

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